La Neuro-Educación se fundamenta en los últimos descubrimientos de las NeuroCiencias, uno de ellos es que nuestro cerebro necesita de la emoción para aprender.
Según la NeuroEducación, solo se puede aprender aquello que se ama o de lo que se está motivado a conocer, por lo tanto, despertar emociones positivas es fundamental para motivar a los alumnos o hijos en el proceso de aprendizaje.
La curiosidad es otro elemento básico emocional para enseñar apropiadamente. Es justamente a través de la curiosidad por la que estamos constantemente buscando cosas nuevas, diferentes, que nos sacudan de la rutina y el aburrimiento. Está comprobado que cuando algo despierta nuestra curiosidad, estamos más atentos y lo estamos por más tiempo. Introducir el elemento sorpresa favorece la activación de la atención y de la memoria.
Somos un todo, por lo tanto, cuando aprendemos no podemos separarnos de lo que somos, sentimos, pensamos, expresamos, vivenciamos y nos expresamos (emocional, verbal y corporalmente).
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