Todos sabemos cuáles son los beneficios de mantener una rutina de ejercicios físicos de manera regular y continua: menos estrés, más energía, mejor descanso… y un buen estado ánimo, que podríamos traducir en bienestar.
El ejercicio físico es una de los mejores hábitos que podemos incorporar en nuestra rutina diaria para generar bienestar y estados de ánimos positivos. La mayoría de nosotros sabemos que deberíamos empezar a hacerlo: salir a correr, nadar, saltar la soga, andar en
bicicleta, anotarnos en un gimnasio, correr una maratón o simplemente caminar 20 minutos alrededor de una plaza, pero por alguna extraña razón, no lo hacemos, lo postergamos indefinidamente.
Tomar conciencia de sus muchos beneficios podría motivarnos a comenzar a hacer elecciones para mover nuestro cuerpo varias veces a la semana.
1. Cuerpo y mente: Dos caras de una misma moneda. Lo que sucede en nuestra mente se refleja en el cuerpo y viceversa. Por lo tanto, el ejercicio físico mejorará nuestra identidad funcional corporal y psicológica. Nuestro cuerpo, según el psicoanálisis, muchas veces es el escenario donde se concentran nuestras experiencias y nuestros más profundos sentimientos, basta con comprobarlo en personas que caminan encorvadas y cabizbajas, con otras que parecen llevar una corona y sonríen constantemente. ¿No nos es difícil saber qué pasa por sus mentes, no? Cargas, obsesiones, bloqueos mentales versus alegría, optimismo, motivación. Por esto, nuestro cuerpo puede ser considerado un elemento central nuestro camino al auto-conocimiento.
2. Aumentar el potencial físico y muscular nos ayudará a estar en mejor contacto con nuestras emociones, lo que podría llevarnos a resolver muchos problemas de infelicidad, depresión y enfermedades psicosomáticas. Según la ciencia de la Psicosomática, cualquier patología que comúnmente se define como “física” también involucra a nuestros pensamientos y emociones. Además, mejorar nuestra imagen corporal hará mejorar nuestra auto-estima. Ambas se influyen mutuamente. La autoestima influye sobre nuestra imagen corporal. ¿Te has dado cuenta que cuando nos sentimos bien, nos vemos bien y nos arreglamos aún mejor?
3. Gestionar y controlar nuestra energía física ayudará a hacer lo mismo con nuestros pensamientos y emociones. En los diferentes trastornos de ansiedad, depresión, etc., encontramos dificultades específicas que se derivan del modo en que controlan y gestionan la energía que proviene de emociones negativas y quienes las liberan y descargan con el ejercicio físico, resultarán más controlados en sus emociones que quienes no lo hacen. Otra forma de descargar dichas emociones y pensamientos negativos es a través de una psicoterapia, en realidad, el modo más completo de tratar la experiencias negativas que nos toca vivir es a través de ambos tratamientos: el psicoterapéutico y el movimiento físico.
Contamos actualmente con nuevas y novedosas prácticas de las llamadas Técnicas del Neuromovimiento: se tratan de técnicas basadas en los principios de la Bioenergética de Alexander Lowen, quien propone que las tensiones musculares están en directa relación con emociones reprimidas.
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